Como ya comente en mi anterior entrada, para poder
describir el recuerdo MAS GRANDE que
tengo, para poder interpretarlo y sobre todo poder entender el porqué, es
necesario hacer mención de todos aquellos recuerdos (valga la redundancia) que
lo componen. Pues ellos son las piezas clave de tan enigmático Puzzle.
Y si hay que empezar por alguno como no empezar por la
primera pieza del Puzzle, pues no solo por haber sido imprescindible para
haber creado toda la historia, sino, porque además se trata de una de las
piezas clave de mi vida. Ese día conocí una experiencia nunca antes vivida en
tal magnitud, nunca antes una mirada se había clavado tan dentro de mi corazón,
tan profundamente que ningún acontecimiento seria capaz de extraer un milímetro
de esa flecha de cupido, y es que sin sacarlo de ninguna película de amor, ni
de ninguna sensación de joven enamorado, sino, de la mas sensata coherencia, puedo
decir que el amor a primera vista existe. Es mucho mas que alguien interesante
se fije en ti, es mas que conseguir ese prototipo de chica que siempre se vio
fuera del alcance. Se trata de la mas pura percepción e interpretación de una
persona solo con el mensaje que mandan sus ojos desde la distancia. Y es que
una mirada vale mas que mil palabras.
En apenas dos días hará seis años de aquel momento, pero
cualquier mañana al levantarme podría decir que fue ayer de lo presente que lo
tengo. Recuerdo mi actitud de aquel día, tenia 22 años recién cumplidos, era un
chico bastante transgresor, pues hacia pocas semanas que había terminado con
una larga relación tormentosa. Iba a comerme el mundo, me había comprado mi
primer coche nuevo, un deportivo rojo súper potente que reforzaba mas mi
identidad, aun no me lo habían entregado y lo que ese día se celebraba era la
despedida de mi anterior vehículo, una furgoneta heredada a la que tenia
muchísimo cariño y con la que empecé a expandir mi juventud tres años antes
recorriendo el país entero de fiesta en fiesta, la llamábamos “la Berli-fies”
(jajaja). Cogí un grupo de mis amigos mas cercanos y los lleve a un sitio nuevo
para nosotros. El plan era muy simple, éramos jóvenes, solteros, con una
vitalidad por las nubes y sin tener que dar explicaciones a nadie, la noche era
nuestra, sobre todo mía e iba a cazar alguna presa indefensa como un depredador
implacable para darme un rico manjar que luego seria expulsado por la vía
rectal; demasiada prepotencia. La noche iba cogiendo el ritmo esperado, ya
había echo una selección de las presas mas apetecibles para mi como un halcón
en vuelo, llegaba el momento del ataque, de recoger las alas y lanzarme
empicado con las garras abiertas para cazar a la presa, y justo en ese momento,
en el momento en que iba a cometer un gran error fruto de mi soberbia, note una
llamada como si de un toque de atención en el hombro se tratase, me di la
vuelta y la vi, vi esa mirada mágica que dio un vuelco completo a mi persona.
En cuestión de milésimas mi actitud y perspectiva de la evolución que me
esperaba cambio radicalmente. Nunca en mi vida e vuelto a ver algo tan hermoso,
tan sincero, tan puro… El gran halcón cazador implacable se convirtió de
repente en un pobre conejo cojo indefenso, las canillas me temblaban, el miedo
se apodero de mi, era incapaz de creer que esas miradas iban dirigidas a mi. Cogí
a mi gran amigo de la infancia, esa persona que me explicaría la realidad fuese
cual fuese, el me daría la razón en que me estaba volviendo loco, pues no podía
ser que ese momento mágico existiese en realidad, esas cosas solo pasan en las
películas, pero el me hizo ver que era la misma vida real de lo que se trataba.
Ello no me dio fuerzas, todo lo contrario, el miedo se hizo terrible, durante
eternos segundos no era capaz de levantar la mirada del suelo, estuve apunto de
dejar escapar la oportunidad de conocer a la mujer mas especial de la faz de la tierra por puro miedo al rechazo, pero entonces cogí un
poquito de esa filosofía con la que había empezado la noche y pensé “que puedo
perder? No tengo nada que perder!!” y con paso lento, nervios que recorrían mi
cuerpo de arriba abajo, un miedo terrible y la voz temblorosa me acerque a ella
y me presente. No recuerdo absolutamente nada de lo que la dije en la
presentación, no era capaz de percibir nada mas que esa obra divina que solo un
dios podía haber creado. Era una chica tan solo un par de dos centímetros mas
baja que yo, tenia un pelo largo precioso castaño, unos ojos saltones marrones
que acababan achinados en los extremos, estaban llenos de un lenguaje especial,
vestía con ropa simple; una camiseta marrón y unos vaqueros, pero aun así era
la mas glamurosa de todo el local. Lo que si recuerdo como si lo estuviese
viviendo en este preciso momento es el fuego químico que se encendió cuando
juntamos nuestros carrillos en los dos besos de presentación, a partir de ahí
una seguridad infinita se apodero de mi. Era cierto, era real, esa persona
existía y la tenia delante mía. Era y es la mas bella, la mas sincera, la mas
pura; cada palabra que intercambiábamos hacia la historia aun mas esplendida.
El destino nos había juntado, resultaba ser que esa sala era mas bien de un
publico mas comercial, mas infantil, mas de imagen, nunca ninguno de los dos la
habíamos visitado en ese ambiente, nosotros éramos de un estilo mas
underground, mas clubber, y frecuentábamos desde hacia tiempo con normalidad
una gran sala situándonos a pocos metros el uno del otro durante años, pero
nunca nos habíamos visto, con independencia para ambos el destino nos junto
allí, los dos fuimos a ese lugar fruto de una decisión esporádica de ultimo
momento, cualquier pequeño cambio en los pasos que habíamos dado ese día
hubiese dado lugar al desconocimiento. Todo fue fugaz pero intenso y llego el
momento de la despedida. Nos dimos los teléfonos, quedamos en hablarnos, nos
dimos dos besos muy educadamente y ella se dio la vuelta para encaramarse hacia
la salida, entonces la cogí del brazo, la volví contra mi y la pedí un beso,
tenia miedo de no volverá a ver y necesitaba experimentar la sensación del
tacto de sus labios. No se lo esperaba, una vergüenza se apodero de ella pero
me lo concedió, visto desde fuera podría decirse que fue un beso frio sin
apenas tacto, rápido, fugaz, pero desde dentro puedo decir que fue el beso mas
bonito que he recibido en mi vida, lleno de acertijos que tenia que resolver.
Ella se marcho y la noche continuo para mi y mis amigos,
con exceso de drogas y alcohol como era habitual en aquel entonces. Recuerdo
que a la mañana siguiente al despertar recordaba todo lo sucedido
perfectamente, pero desde la cama no paraba de tener la sensación de que mis
recuerdos eran demasiado bonitos para ser verdad, sabia que había sido algo
especial, distinto a otras veces pero que a la vez los excesos me habían
pasado una mala jugada como tantas otras. Demasiado preciosa, demasiada mujer.
Entonces pegue un salto y cogí la cámara de fotos que había inmortalizado ese día,
y cual fue mi sorpresa que en efecto era cierto que no era tan guapa como la
recordaba, era mas!! Era aun mas bonita en la realidad, el mensaje de sus ojos
era aun mas sincero en la realidad!!! Increíble, puedo asegurar que lo que
sentí pocos hombres han podido sentirlo en la vida. Me había enamorado a primera vista!!! Así
tal cual, con solo una noche, unas miradas, pocas palabras y un beso frio me
había enamorado de verdad como nunca en la vida lo había estado. No era el
primer amor de la infancia, ni tampoco un amor alocado de un adolescente
rebelde, este era puro, era sincero y maduro. Y ni dudaba ni avergonzaba de
ello. No tarde en llamar a mis mejores amigos y contarles todo lo que sentía,
ellos no daban crédito, me tomaban pasado de rosca pero a la vez mis palabras
eran de una convincencia dura como una roca. Ya solo quedaba experimentar si la
realidad iba mas allá, quedaba el paso de la llamada prometida, pero eso lo
recordare en mi próximo escrito.