jueves, 26 de enero de 2012

“Un amor a primera vista"

  Como ya comente en mi anterior entrada, para poder describir el recuerdo MAS GRANDE  que tengo, para poder interpretarlo y sobre todo poder entender el porqué, es necesario hacer mención de todos aquellos recuerdos (valga la redundancia) que lo componen. Pues ellos son las piezas clave de tan enigmático Puzzle.

Y si hay que empezar por alguno como no empezar por la primera pieza del Puzzle, pues no solo por haber sido imprescindible para haber creado toda la historia, sino, porque además se trata de una de las piezas clave de mi vida. Ese día conocí una experiencia nunca antes vivida en tal magnitud, nunca antes una mirada se había clavado tan dentro de mi corazón, tan profundamente que ningún acontecimiento seria capaz de extraer un milímetro de esa flecha de cupido, y es que sin sacarlo de ninguna película de amor, ni de ninguna sensación de joven enamorado, sino, de la mas sensata coherencia, puedo decir que el amor a primera vista existe. Es mucho mas que alguien interesante se fije en ti, es mas que conseguir ese prototipo de chica que siempre se vio fuera del alcance. Se trata de la mas pura percepción e interpretación de una persona solo con el mensaje que mandan sus ojos desde la distancia. Y es que una mirada vale mas que mil palabras.

En apenas dos días hará seis años de aquel momento, pero cualquier mañana al levantarme podría decir que fue ayer de lo presente que lo tengo. Recuerdo mi actitud de aquel día, tenia 22 años recién cumplidos, era un chico bastante transgresor, pues hacia pocas semanas que había terminado con una larga relación tormentosa. Iba a comerme el mundo, me había comprado mi primer coche nuevo, un deportivo rojo súper potente que reforzaba mas mi identidad, aun no me lo habían entregado y lo que ese día se celebraba era la despedida de mi anterior vehículo, una furgoneta heredada a la que tenia muchísimo cariño y con la que empecé a expandir mi juventud tres años antes recorriendo el país entero de fiesta en fiesta, la llamábamos “la Berli-fies” (jajaja). Cogí un grupo de mis amigos mas cercanos y los lleve a un sitio nuevo para nosotros. El plan era muy simple, éramos jóvenes, solteros, con una vitalidad por las nubes y sin tener que dar explicaciones a nadie, la noche era nuestra, sobre todo mía e iba a cazar alguna presa indefensa como un depredador implacable para darme un rico manjar que luego seria expulsado por la vía rectal; demasiada prepotencia. La noche iba cogiendo el ritmo esperado, ya había echo una selección de las presas mas apetecibles para mi como un halcón en vuelo, llegaba el momento del ataque, de recoger las alas y lanzarme empicado con las garras abiertas para cazar a la presa, y justo en ese momento, en el momento en que iba a cometer un gran error fruto de mi soberbia, note una llamada como si de un toque de atención en el hombro se tratase, me di la vuelta y la vi, vi esa mirada mágica que dio un vuelco completo a mi persona. En cuestión de milésimas mi actitud y perspectiva de la evolución que me esperaba cambio radicalmente. Nunca en mi vida e vuelto a ver algo tan hermoso, tan sincero, tan puro… El gran halcón cazador implacable se convirtió de repente en un pobre conejo cojo indefenso, las canillas me temblaban, el miedo se apodero de mi, era incapaz de creer que esas miradas iban dirigidas a mi. Cogí a mi gran amigo de la infancia, esa persona que me explicaría la realidad fuese cual fuese, el me daría la razón en que me estaba volviendo loco, pues no podía ser que ese momento mágico existiese en realidad, esas cosas solo pasan en las películas, pero el me hizo ver que era la misma vida real de lo que se trataba. Ello no me dio fuerzas, todo lo contrario, el miedo se hizo terrible, durante eternos segundos no era capaz de levantar la mirada del suelo, estuve apunto de dejar escapar la oportunidad de conocer a la mujer mas especial de la faz de la tierra por puro miedo al rechazo, pero entonces cogí un poquito de esa filosofía con la que había empezado la noche y pensé “que puedo perder? No tengo nada que perder!!” y con paso lento, nervios que recorrían mi cuerpo de arriba abajo, un miedo terrible y la voz temblorosa me acerque a ella y me presente. No recuerdo absolutamente nada de lo que la dije en la presentación, no era capaz de percibir nada mas que esa obra divina que solo un dios podía haber creado. Era una chica tan solo un par de dos centímetros mas baja que yo, tenia un pelo largo precioso castaño, unos ojos saltones marrones que acababan achinados en los extremos, estaban llenos de un lenguaje especial, vestía con ropa simple; una camiseta marrón y unos vaqueros, pero aun así era la mas glamurosa de todo el local. Lo que si recuerdo como si lo estuviese viviendo en este preciso momento es el fuego químico que se encendió cuando juntamos nuestros carrillos en los dos besos de presentación, a partir de ahí una seguridad infinita se apodero de mi. Era cierto, era real, esa persona existía y la tenia delante mía. Era y es la mas bella, la mas sincera, la mas pura; cada palabra que intercambiábamos hacia la historia aun mas esplendida. El destino nos había juntado, resultaba ser que esa sala era mas bien de un publico mas comercial, mas infantil, mas de imagen, nunca ninguno de los dos la habíamos visitado en ese ambiente, nosotros éramos de un estilo mas underground, mas clubber, y frecuentábamos desde hacia tiempo con normalidad una gran sala situándonos a pocos metros el uno del otro durante años, pero nunca nos habíamos visto, con independencia para ambos el destino nos junto allí, los dos fuimos a ese lugar fruto de una decisión esporádica de ultimo momento, cualquier pequeño cambio en los pasos que habíamos dado ese día hubiese dado lugar al desconocimiento. Todo fue fugaz pero intenso y llego el momento de la despedida. Nos dimos los teléfonos, quedamos en hablarnos, nos dimos dos besos muy educadamente y ella se dio la vuelta para encaramarse hacia la salida, entonces la cogí del brazo, la volví contra mi y la pedí un beso, tenia miedo de no volverá a ver y necesitaba experimentar la sensación del tacto de sus labios. No se lo esperaba, una vergüenza se apodero de ella pero me lo concedió, visto desde fuera podría decirse que fue un beso frio sin apenas tacto, rápido, fugaz, pero desde dentro puedo decir que fue el beso mas bonito que he recibido en mi vida, lleno de acertijos que tenia que resolver.

Ella se marcho y la noche continuo para mi y mis amigos, con exceso de drogas y alcohol como era habitual en aquel entonces. Recuerdo que a la mañana siguiente al despertar recordaba todo lo sucedido perfectamente, pero desde la cama no paraba de tener la sensación de que mis recuerdos eran demasiado bonitos para ser verdad, sabia que había sido algo especial, distinto a otras veces pero que a la vez los excesos me habían pasado una mala jugada como tantas otras. Demasiado preciosa, demasiada mujer. Entonces pegue un salto y cogí la cámara de fotos que había inmortalizado ese día, y cual fue mi sorpresa que en efecto era cierto que no era tan guapa como la recordaba, era mas!! Era aun mas bonita en la realidad, el mensaje de sus ojos era aun mas sincero en la realidad!!! Increíble, puedo asegurar que lo que sentí pocos hombres han podido sentirlo en la vida. Me había enamorado a primera vista!!! Así tal cual, con solo una noche, unas miradas, pocas palabras y un beso frio me había enamorado de verdad como nunca en la vida lo había estado. No era el primer amor de la infancia, ni tampoco un amor alocado de un adolescente rebelde, este era puro, era sincero y maduro. Y ni dudaba ni avergonzaba de ello. No tarde en llamar a mis mejores amigos y contarles todo lo que sentía, ellos no daban crédito, me tomaban pasado de rosca pero a la vez mis palabras eran de una convincencia dura como una roca. Ya solo quedaba experimentar si la realidad iba mas allá, quedaba el paso de la llamada prometida, pero eso lo recordare en mi próximo escrito. 

martes, 24 de enero de 2012

"El recuerdo de los recuerdos"


Quien iba a decirme a estas alturas que me crearía un blog donde plasmar esas sensaciones que salen de mi cabeza y no tienen a donde a dirigirse. Pero que leches, es que no estarán mejor escritas en algún sitio que perdidas en el silencio? Y es que en mi interior ya no hay cabida para mas silencio. Necesito expresar, a mi manera, a mi ritmo, y así dar mas cabida a estos recuerdos que me dejan una sonrisa de oreja a oreja, porque me he dado cuenta, que estos buenos recuerdos son el arma perfecta para olvidar aquellos que me atormentan.

Y es que no son buenos tiempos. Las noches son largas y turbias, los días inciertos y sin rumbo. A pesar de llevar un invierno soleado y primaveral mis días son grises y en las noches se apodera de mi una soledad fría y seca como un ambiente polar.

Al principio mi mente estaba invadida por malos recuerdos que se iban uniendo uno a uno formando una cadena como si de eslabones se tratase, cada vez se hacia mas larga y al mismo tiempo me iba rodeando cada vez mas, presionando el pecho de tal manera que a veces no me dejaba respirar, creando una barrera infranqueable para todo lo que estuviese al otro lado de ella. Aun soy joven, y he de tener una larga vida por delante, que aunque nunca llegue a ser tan enriquecedora emocional y sentimentalmente como la que he perdido, he de disfrutarla y no sufrirla hasta el final. Por ello debía empezar a dejar de pensar en los malos recuerdos y sustituirlos por aquellos por los que si valga la pena dedicar unos minutos, unas sonrisas e incluso unas lagrimas. Mi vida esta llena de anécdotas y recuerdos bonitos, provenientes de la familia, de los amigos de toda la vida y de aquellos que la vida misma separo, provenientes de grandes y pequeños momentos, de lugares y parajes increíbles. Pero entre todos ellos hay uno especial, uno que cada vez que pienso en el todo lo demás deja de cobrar sentido. Es el de una persona, es el de la persona que me supo amar, la que me supo respetar, la que me hizo afortunado y la que supo como hacerme feliz sin pedir nada mas a cambio que recibir lo que daba. Y es que, para poder describir ese recuerdo es necesario mencionar todos aquellos que lo componen. Podría llamarse algo así como “el recuerdo de los recuerdos”. El recuerdo que dio la suma de todos aquellos momentos, lugares, encuentros, anécdotas y sensaciones que pasamos juntos como uno solo y que nunca volverán a repetirse, pues, fueron como fueron porque el destino trabajo muy duro hasta que consiguió unir por un tiempo a dos almas gemelas que a pesar de la cercanía que tenían nunca consiguieron encontrase por si solas.